jueves, 21 de febrero de 2008

El añorado estadio azul (primera parte)



El proyecto, aplazado en el 2004, de construir un estadio para Millonarios es una idea de vieja data. La primera vez que se puso el tema sobre la mesa fue en 1989 cuando la directiva de la época estuvo en Ecuador con motivo de los partidos que por la primera ronda de la Copa Libertadores disputó Millonarios frente a Deportivo Quito y Emelec de Guayaquil. Fue durante el paso por esta última ciudad que el presidente de la época, Germán Gómez, conoció el estadio del Barcelona que llevaba poco tiempo de ser inaugurado. Después de conocer este proyecto, en el que la venta de suites y palcos financia la construcción del resto del escenario, se invitó a Bogotá al arquitecto uruguayo Walter Lavalleja para evaluar la posibilidad de llevar a cabo un proyecto similar que terminara en la construcción del estadio azul. Los resultados de la asesoría de Lavalleja fueron presentados a los socios en la asamblea ordinaria de ese año. Se informó que el estadio tendría una capacidad para 60,000 personas, que se venderían 600 suites a perpetuidad con extensión de 6 a 7 metros cuadrados y capacidad para 9 personas. Sobre la ubicación del estadio, el presidente de Millos aseguró en un artículo de El Tiempo que el lugar más opcionado era la actual sede deportiva del club. Interrogado sobre el díficil acceso a este lugar, Gómez habló de adecuar la línea ferrea para este fin y "claro, pintando los vagones de azul".

Sucesos que todos conocemos finalmente obligaron a archivar este proyecto. Diez años después, en 1999 se revivió. Pero esto será tema de la próxima entrega.




















Portada de la Revista Millos, edición abril-mayo de 1989 con la buena nueva.